lunes, 3 de junio de 2013

Visita a Segovia, un castillo

Viajar con un niño de cuatro años te hace cambiar el punto de vista. Puedes ir a cualquier parte, pero hay que revestirlo todo de un poco de épica si no quieres que te odien a la hora de salir de casa.
A la vuelta de Madrid de ver el zoo, paramos en Segovia para ver el Acueducto y el Alcázar, con gran éxito de crítica ufff




Al llegar decidí no hacer caso al gps, lo que nos permitió ver el Alcázar desde abajo, tiene toda la pinta de un castillo "de verdad" ;) Luego ya aparcamos junto al Acueducto y cruzamos la ciudad caminando. Están cuidando mucho los edificios y se puede disfrutar de la construcción tradicional, con tejas a torta y lomo, y esgrafiados sobre las fachadas.






El Alcázar es genial para ir con niños: con torres, almenas, puente levadizo y foso ya antes de entrar. No digamos dentro que está lleno de armaduras, sables y cañones...












La visita culmina con la torre, hubo que subir 152 escalones detrás de una "cabra montesa" y la vista no está mal, pero deja recuerdo en las piernas durante dos o tres días... Por supuesto todo rematado con un buen cochinillo para recuperar fuerzas, hay dónde elegir. Estaba buenísimo!